La formación ajedrecística comienza en la etapa prescolar, mediante juegos didácticos en los que el niño ni siquiera advierte que le están enseñando, mientras disfruta de pequeñas sesiones (de 15-20 minutos) en los que las figuras de ajedrez son personajes de un cuento y él es quien tiene el poder de decidir su futuro.
Continúa durante la escuela primaria hasta los 12 años como una excelente herramienta didáctica que desarrolla múltiples habilidades, entre las que podemos señalar:
- Desarrolla la atención y la concentración.
- Aumenta la percepción, discriminación, análisis-síntesis y orientación espacio-temporal.
- Potencia la memoria y la capacidad de razonamiento lógico-matemático.
- Desarrolla la creatividad, la imaginación y la atención entre objetos aparentemente inconexos.
- Trabaja los objetivos de desarrollo personal y de formación del carácter.
- Trabaja la previsión de las consecuencias antes de realizar los actos.
- Enseña a tomar decisiones en un tiempo limitado.
- Da un buen estado de salud, nervios sólidos y dominio de si mismo.
- Contribuye a la elevación de la autoestima.
- Acostumbra a respetar reglamentos, leyes de competición y normas de comportamiento.
- Enseña a comportarse deportivamente ante la victoria o la derrota.
- Promueve la igualdad de las personas: el juego puede practicarse sin que haya discriminación por razón de sexo, edad, estrato social, religión, etc.
- Trabaja los objetivos culturales y de ampliación de conocimientos.
A partir de los 12 años, con la llegada de la ESO, muchos niños abandonan el ajedrez, pero aquellos que han conseguido encontrar la fascinación en algo que es mucho más que un simple juego, tienen la oportunidad de asociarse a un club y continuar con su formación y entrenamiento.
L’Escola d’Escacs Costa Brava colabora con el Club d’Escacs Platja d’Aro y con el Club d’Escacs Blanes, dando a los niños la posibilidad de seguir disfrutando del ajedrez teniendo acceso además a las diferentes competiciones.